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Trina Padilla de Sanz y Ana Roqué de Duprey: destacadas defensoras de la mujer, la cultura y la patria

Ana Roqué de Duprey

Himno de Puerto Rico

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Imagen: Trina Padilla de Sanz y Ana Roqué de Duprey. Retratos al óleo por Miguel Pou.

Por: Yolanda Suárez-Crowe

Bisnieta de Trina Padilla de Sanz

Ana Roqué de Duprey (1853-1933) y Trina Padilla de Sanz “La Hija del Caribe” (1864-1957) eran grandes amigas, ambas mujeres dedicadas a la causa noble de preservar, proteger y defender los derechos de la mujer, nuestra cultura, historia y sobre todo nuestra patria.  Ambas autodidactas, fueron “paradigmas ejemplares de la mujer culta del siglo XIX”, según afirmaría, María Teresa Babín.  Fueron estrellas luminosas, adelantadas a su tiempo, comprometidas y apasionadas hasta avanzada edad.

 

Ana Roqué de Duprey
Ana Roqué de Duprey

 

La licenciada Nilita Vientós Gastón elocuente y acertada imagen, describe a Trina Padilla ya casi centenaria entre esas mujeres que “desafíaron el almanaque, en quien no se percibe el paso de los años ante los cuales el tiempo se declara vencido”.  Ana Roqué de Duprey, era sin duda, otro ejemplo de esas mujeres indomitables e imperecedoras que dan lustre a la Historia de Puerto Rico y a sus Mujeres.

Roqué de Duprey fundó la primera organización feminista de Puerto Rico, la Liga Femenina Puertorriqueña (1917), y la Asociación de Mujeres Sufragistas (1924), esencial para la concesión del derecho al voto a la mujer puertorriqueña en 1932.  Ademas, fue una pionera de los derechos de la mujer y fundó varios periódicos y la primera revista puertorriqueña femenina llamada La Mujer en 1893.

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Igualmente, ambas mujeres dejaron una vasta producción literaria, Ana Roqué utilizando los seudónimos de “Aguenora” y “Flora del Valle” y Trina con su seudónimo “La Hija del Caribe”. También Ana Roqué  se distinguió como maestra en escuelas públicas y escuelas “particulares” enseñando Español, Matemáticas, Francés y Latín.  Además, su publicación en periódicos es extensa a la que añade varias novelas, cuentos y dos libros- Geografía y Gramática Castellana. También escribió una Botánica de las Antillas -considerada como una joya científica, ilustrando más de 6,000 especies de plantas y árboles en 30+ libretas, aún inéditas.

Trina Padilla admiraba y valoraba a la insigne mujer puertorriqueña y escribe su poema “Ana Roqué de Duprey”:

Ana Roqué de Duprey

Desde muy pequeñita anduvo de la mano

de la Ciencia y el Arte; y a la lente y al trino

dió tantas de las fibras de su ser,

que lo Arcano le arropó de capullos el camino.

 

Vivió haciendo preguntas: los problemas enanos de los hombres;

la fórmula del celeste destino…

De tanto ver los astros, se le hicieron humanos;

de tanto amar lo humano, se tornó divino.

 

Dió generosamente la hogaza de su mente:

del material informe de la menuda gente

recortó sus marfiles, talló sus alabastros…

 

Y al no poder votar aquí en su suelo,

se fué a la Democracia de los astros

para dejar su voto en la urna del cielo.

– La Hija del Caribe

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Trina Padilla añade una nota al calce de su poema y menciona que Ángela Negrón Muñoz en su libro Mujeres de Puerto Rico afirmó lo siguiente sobre Roqué de Duprey: “aunque fue una de las más incansables luchadoras por el feminismo puertorriqueño, y era su aspiración suprema el voto de la mujer, ya octogenaria, cuando éste se instituyó en la isla, salió ella a votar por primera vez y, aunque murió con la ilusión de haber votado, su voto fue anulado por ciertos tecnicismos en la Ley de Inscripciones”.

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Ana Roqué de Duprey
Trina Padilla de Sanz

 

Ambas  mujeres inagotables: Ana octagenaria y Trina, casi centenaria, hasta el final- en la lucha diaria y el compromiso noble de múltiples actividades dando curso al trabajo cívico, didáctico, caritativo, cultural y social.  En una carta muy personal de Trina Padilla a su amiga, Ana Roqué de Duprey, detalla el trancurso de su vida diaria:

Mi querida y respetable amiga Da. Ana:

No crea usted que la tengo olvidada: ¿Cómo podría suceder esto? Personas como usted están siempre en la mente de quienes sabemos comprenderlas y quererlas; pero es tal  el trabajo que me abruma , que, a veces, creo volverme loca, y, para que usted no crea que le exagero, ahí van algunas notas:

Trabajos para las escuelas, pedidos por maestros y alumnos, que tengo delante de mis ojos por contestar. Unas notas sobre Santa Teresa de Jesús (esto desde New York); una carta familiar, que sirva como modelo para las escuelas (varias de la isla); apuntes sobre “El Caribe”, poesia  del mismo, apuntes sobre mi humilde personalidad, datos sobre Amalia Paoli sobre el libro de Ángela Negrón, respuesta a numerosas cartas, diariamente, mis clases , la alta inspección de la casa, la visita, el teléfono, ese tirano moderno,, es para volverse loca.

Solo tengo DOS HORAS al día  para todo esto, pues, aunque me levanto a las seis de la mañana todos los días, (voy a invertirle el tiempo) aquí; a esa hora me baño, desayuno, y paseo de una hora en el de Víctor Rojas, llego, a estudiar el piano, hasta las diez y media, a esa hora, escribo, hasta las doce y media, almuerzo y me acuesto a descansar y a leer la prensa (no a dormir), me levanto a las tres, a dar clases de piano hasta las siete; como, leo, rezo y, a las nueve y media a la cama para reanudar al otro día la misma labor. ¿Se convence usted mi buena amiga?   En:  Yolanda Fernández Sanz Trina Padilla de Sanz La Hija del Caribe Colección de Recuerdos. Editorial Plaza Major, INC, España, 1996.

Para terminar… En una conferencia pedida a la La Hija del Caribe por la Escuela Superior de la Ciudad de Utuado en Octubre 1934, Trina Padilla dice: “…quiero rendir tributo a la augusta  matrona que se llamó Da. Ana Roqué de Duprey, sabia maestra de maestros, literata, historiadora, botánica, astrónoma, y mujer de cultura excepcional, de ideales patrióticos, de voluntad firme, y que fué a la que debemos en gran parte, pues trabajó con su verbo y con su pluma, con sus actividades no igualadas por ninguna de nosotras, la emancipación civil de la mujer puertorriqueña, siendo robusta de su triunfo”.  

Himno de Puerto Rico

Comments 1

  1. Avatar Yolanda Suárez-Crowe says:

    El eco de la memoria de Ana Roqué de Duprey queda sorda ante la revelación reciente de la venta de la parcela sur del Parque Borinquen, de uso público por décadas, en la avenida Ashford. El Nuevo Día, revela que la venta “Ha sido cuestionada y es objeto de una investigación legislativa”. Se menciona la falta de consulta del Departamento de Transportación y Obras Públicas de haber permitido, la venta, y, a tan bajo precio de $145,000, a los dueños de la tiendas Me Salvé -cuyo objeto es construir un condominio de 12 pisos, a costo de 10 millones. El arquitecto, Pedro Manuel Cardona Roig (El Urbanista) hace una importante crítica de esa venta y nos revela su desconcierto y asombro porque no se reconoció ni protegió la historia de Parque en Ashford como Memorial dedicado a Ana Roqué de Dupré. La venta del Parque del Condado, por la calle Krug y la Avenida Ashford, ignora nuestra historia. Las agencias gubernamentales y la directiva del Instituto de Cultura Puertorriqueña, aparentemente, estaban desapercibidos de esta historia y sin directiva alguna para pararlo. El pasado por alto o paso de paloma, necesita corrección. Se vendió el Parque “sin garantizar la venta por el justo valor de este terreno y sin garantizar que la memoria perdurara, reconociendo el valor de Ana Roqué de Duprey y su memorial”, según afirmó el distinguido arquitecto, Cardona Roig. La Directora de la gerencia de permisos no reconoció el significado de ese memorial.

    Exhorto a todos a defender, exigir, preservar o establecer un Memorial a la insigne mujer, Ana Roqué de Duprey ante esta muralla de indiferencia e ignorancia. Esperemos que la investigación mediada por resolución legislativa tenga éxito. Yolanda Suárez-Crowe

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