Recordando la investigación arqueológica de Ballajá

Recordando la investigación arqueológica de Ballajá

Imágenes cortesía Museo de Historia, Antropología y Arte de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras

Años antes de los inicios de la construcción de La Plaza del Quinto Centenario en el Viejo San Juan y el estacionamiento soterrado ubicado frente al edificio Cuartel de Ballajá, se llevó a cabo una de las investigaciones de arqueología histórica más importantes realizadas en la Isla y en el Caribe.

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Esta ardua y ambiciosa investigación arqueológica se tuvo que realizar por fases, por lo compleja que era la tarea. Pero el resultado fue el rescate de una de las mayores colecciones de artefactos históricos en Puerto Rico.

En 1986, un grupo de especialistas inició el plan de investigación arqueológica del área, cuyas excavaciones revelaron la presencia de materiales de importancia cultural e histórica, con artefactos de construcción y remanentes arquitectónicos, así como piezas de cerámica de los siglos XVIII hasta el XX. En 1987 se realizó otra fase de estudios en que se hallaron depósitos de origen doméstico del siglo XVIII, que conservaban gran integridad.

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Los proyectos de excavaciones bajo la coordinación y supervisión de la Oficina Estatal de Preservación Histórica comenzaron en 1989. Bajo este proyecto, se rescataron piezas de siglos precolombinos -siglos I al VI- y de la época colonial -desde el siglo XVIII hasta los inicios del XX.

La primera tarea de la investigación arqueológica fue remover el asfalto y los escombros depositados durante el arrasamiento. Al realizar esta tarea se vio que los pisos y cimientos de las casas, los patios, las cisternas y los basureros aún quedaban preservados. Lo recolectado durante las excavaciones fue extenso y variado e incluye artefactos de cerámica, concha, hueso y restos alimenticios procedentes de la era precolombina.

El resultado de esta investigación arqueológica fue proveer una visión más amplia de la vida cotidiana de la ciudad capital. Por ejemplo, los artefactos de cerámica proveyeron un índice de las relaciones comerciales con el exterior; los huesos de vaca, cerdo, gallina y pescado, además de los cascarones de huevos, semillas de café y enseres de cocina, nos permite conocer más sobre la alimentación y métodos de subsistencia de la población.

Se recuperaron además juguetes de cerámica, fichas de dominó, abanicos, canicas, instrumentos musicales, efectos de higiene personal como cepillos dentales y de cabello: una muestra representativa de la cultura material de los antiguos habitantes de este barrio.

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Entre los hallazgos más importantes está un tipo de cerámica denominada “criolla” por la arqueóloga Virginia Rivera. Fue labrada localmente, en fogata abierta y en alfarerías de San Juan, a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX. Otros tipos de cerámica encontrada incluyen cazuelas, platos, ollas, tapas y botijuelas.  Estas últimas se utilizaban para transportar productos como aceite y vino, y luego para almacenar agua.

También se encontraron en Ballajá piezas de vidrio, en su mayoría de confección estadounidense y europea que datan del siglo XIX y principios del XX. Incluyen botellas de bebidas alcohólicas, de refrescos y de leche, y frascos de medicinas, perfumes y tónicos para el cabello. Se rescataron además artículos de nácar, cristal y metal, así como elementos militares, monedas y objetos de entretenimiento para adultos y niños.

Esta investigación arqueológica realizada en el Barrio Ballajá en el Viejo San Juan ayudó a ampliar los conocimientos sobre la cotidianidad de la sociedad puertorriqueña durante la época colonial española de los siglos XVIII y XIX, e inicios del siglo XX. Fue un estudio arqueológico urbano abarcador, probablemente uno de los más importantes realizados en Puerto Rico.

Agradecimientos al Museo de Historia, Antropología y Arte de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, por la información brindada.