Imagen: Daniel Lugo. Suministradas.
“La televisión fue para los actores de mi generación el medio que nos permitió vivir de la profesión”. Daniel Lugo
Daniel Lugo nos dice: a nivel personal era más bien tímido… pero en grupo, sí me gustaba participar haciendo presentaciones. Varios veranos hicimos circos con los muchachos de la urbanización, y yo participé en todos, desde payaso hasta maromero. Eso fue entre los 11 y 13 años, es posible que, hasta los catorce, pero no estoy claro en eso. Nuestro público eran familiares y vecinos. Sobre dedicarme a la actuación en verdad nunca decidí nada, todo fue pasando sin que yo lo buscara ni lo decidiera, los proyectos llegaban a mi y yo les seguía la corriente por que me iba bien y me gustaba lo que hacía, llegué a pensar que en algún momento se acabaría, pero no fue así y cuando vine a ver, le había dedicado la vida entera.
El teatro, las telenovelas y el cine… todo empezó por el teatro y sigue siendo algo que disfruto mucho; por suerte, he podido subirme a las tablas en numerosas oportunidades y en varios países. La magia del teatro le produce al intérprete un placer imposible de describir y que termina siendo adictivo. La televisión fue para los actores de mi generación el medio que nos permitió vivir de la profesión. En mi caso fueron las telenovelas las que me dieron a conocer tanto aquí, como en nuestros países latinoamericanos. Mi paso por Perú, Venezuela, Colombia, la República Dominicana y otros, me permitió trabajar con grandes actores y directores de distintas nacionalidades, fue un crecimiento constante.
El cine es un hermoso trabajo de conjunto, donde numerosos especialistas se juntan para ensamblar una obra, una historia. A estas fechas en que escribo ya he participado en 28 películas, todas muy variadas, En una de ellas hablo toda mi parte en portugués, en otra en italiano, en otra en francés y varias en inglés, pero la mayoría han sido en español y eso me ha permitido participar en películas que a mi entender son muy valiosas y de las que me siento muy agradecido de haber actuado.
Sin embargo, siempre he lamentado que varios de los que yo considero mis mejores trabajos en televisión no hayan sido vistos en Puerto Rico, igual pasa con las películas. Nunca me ha gustado mucho la parte mediática de la profesión y llegó un momento hará como 25 años, que me sumergí en el cuasi anonimato, así me gusta, por eso alguna gente se olvida de que existo.
Dos momentos claves que han definido mi trayectoria profesional…el primero sin duda fue el día que Dean me invitó a ver la función de “Club de Solteros” que presentaban en el legendario, para los que lo conocieron, Teatro Teguax de Caguas. A partir de ese día, quedé atrapado en la magia del teatro y lo demás es historia. El segundo fue mi encuentro con un director que me transformó de galán en actor. Ocurrió en Perú allá por el 1974, hasta ese día me había ido bien sin saber muy bien lo que hacía, cómo lo hacía, y desconociendo el verdadero proceso interno del intérprete a la hora de crear personajes que no se parecen a ti; en fin, me faltaba mucho por aprender y ese director me transformó. Su nombre era Martin Clutet, siempre le estaré agradecido.
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He escrito dos piezas cortas para teatro breve…ambas son monólogos, la primera se llama “Cuarta Dimensión” y la actué yo en una temporada de seis semanas hace varios años en el Paseo de las Artes en Miami. El otro monólogo lo escribí para Liza, y sigue sin hacerse. La modalidad de teatro breve que comenzaba a imponerse en muchas ciudades del mundo se ha visto seriamente disminuida por la pandemia y habrá que esperar mejores tiempos. También tengo tres primeras versiones de tres guiones de cine que duermen siesta y quién sabe qué les depare el destino. No tienen violencia ni sexo, así que quizás nunca sean producidos. También escribí una extraña y “kafkiana” novela con trasfondo beisbolero titulada El Cano de Bonneville.
Me encantaría hacer lo que se llama “coaching”, preparando actores…dar talleres a actores jóvenes que se inician en la profesión. Las veces que en el pasado hice coaching para una actriz y un actor en Miami, el resultado fue excelente. Sé que sirvo para eso. En cuanto a dirigir, lo hice en el pasado, dirigí varios unitarios de televisión a finales de la década del ochenta para Sono Films. Fue una experiencia muy satisfactoria y el resultado óptimo.
Dirigir teatro, claro que me gustaría, pero solo teatro con contenido, no tengo nada en contra del teatro de pura diversión. Pero no es el género que disfruto ni como intérprete, ni como espectador. Desde que me establecí en Miami, casi siempre tuve trabajo, pero no necesariamente en Miami, que también, pero pasé largas temporadas en Colombia donde trabajé en muchas producciones que se “casteaban” en Miami. En los últimos años sí han bajado las oportunidades, pero se debe a la edad. Hay muchos menos personajes de edad madura y es normal que se reduzcan las oportunidades sobre todo en el mercado latino donde se privilegia la juventud.
Una Pregunta Más… Sin duda amas tu profesión, ¿qué otras cosas te interesan? Pues siempre me gustó jugar baseball y en Venezuela me di el gustazo de desarrollarme como lanzador. Además de participar por años en torneos internos en distintos equipos, recorrí el país con equipos de actores. Para entenderlo, hay que saber que en Venezuela el beisbol es “religión”. Me gusta leer tanto ficción como historia, investigaciones científicas y política internacional.
También me gusta el turismo terrestre, me interesa el planeta y su incierto futuro. Me gusta el tema de las civilizaciones antiguas que poblaron el planeta hace muchos miles de años, los constructores de ciudades con grandes bloques megalíticos. Además me interesa el tema de la vida extraterrestre, los distintos planos de existencia que sin duda existen, la naturaleza, tanto el mundo vegetal como el animal y el mineral. Me interesan los átomos y el mundo cuántico. En definitiva, me interesa el universo y todo lo que existe, nos comentó Daniel Lugo.
Por Luis Echevarría
Excelente entrevistas. Gracias y éxito.