Imagen: Las estrellas enanas blancas son la fuente principal de uno de los componentes básicos de la vida. (Cortesía de NASA y H. Richer/UBC)
El universo está lleno de sorpresas, particularmente cuando se trata de la vida de las estrellas. Más allá de los planetas que acompañan a la Tierra en nuestro Sistema Solar, hay un sistema mucho más complejo que incluye el “comportamiento” de las estrellas, las cuales están en constante cambio. Al igual que los seres vivos en nuestro planeta, cada segundo, una estrella muere en el universo.
Pero las estrellas no sólo desaparecen por completo, sino que siempre dejan algo atrás. Algunas estrellas explotan en una supernova, convirtiéndose en un agujero negro o una estrella de neutrones, mientras que la mayoría de las estrellas se convierten en enanas blancas; sin embargo, “un nuevo estudio revela que estas enanas blancas contribuyen más a la vida en el cosmos de lo que se creía anteriormente”, según reportó la revista Inverse.
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Según la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), unas estrellas enanas blancas es lo que se convierte en estrellas como el Sol después de haber agotado su combustible nuclear. Cerca del final de su etapa de combustión nuclear, este tipo de estrella expulsa la mayor parte de su material exterior, creando una nebulosa planetaria.
El estudio, publicado recientemente en la revista Nature Astronomy, sugiere que las estrellas enanas blancas son la principal fuente de átomos de carbono en la Vía Láctea, un elemento químico conocido por ser crucial para toda la vida.
Con el tiempo, miles de millones de años, estas estrellas se enfrían y eventualmente se oscurecen a medida que pierden su material exterior. Sin embargo, justo antes de colapsar, sus restos son transportados a través del espacio por vientos que se originan en sus cuerpos. Estas cenizas estelares contienen elementos químicos como el carbono. El carbono es el cuarto químico más abundante en el universo y es un elemento clave en la formación de la vida, ya que es el componente básico de la mayoría de las células.
