Por: Elsa Tió
A continuación, un fragmento de la conferencia Baldorioty de Castro: de hombre pueblo a hombre histórico de Elsa Tió, que formará parte del libro Espantando el olvido: patriotas y poetas, una serie de conferencias de figuras ilustres e históricas que publicará EDP University.
Román Baldorioty de Castro era un patriota que nació del pueblo, defendió la abolición de la esclavitud. El 23 de mayo de 1870 fue elegido por el Partido Reformista para representar al País con voz y voto en las Cortes de España. Nunca bajó la voz ante las injusticias. Su capacidad de rebelarse ante ellas puso nuevamente al relieve su temperamento moral. Y se hizo aliado de los esclavos y defensor del País.
Su palabra en defensa del negro estremeció conciencias en España y en las Antillas, cuando en las Cortes, contestó al diputado Navarro, luego que este se burlara de él, haciendo la alusión al color oscuro de la piel de Baldorioty; hasta el periódico madrileño La Discusión describió como “memorable” la polémica que tuvo Baldorioty con el diputado español Navarro.
Navarro rechazaba todo intento de abolición de la esclavitud para la Isla y abultaba y exageraba sus prejuicios y falsas razones contra los esclavos: “…que con más de 41,000 esclavos que hay en Puerto Rico, todos sin educación religiosa, predispuestos al vicio y a la vagancia, con instintos salvajes y de abierta oposición a la raza blanca, ¿podrían, sin la ruina de ésta, ser de repente llamados a la condición de hombres libres?”. Miró Navarro hacia un lado, y señaló a Baldorioty expresando: “Aquí llega el diputado de las Antillas. Hasta el ambiente de la Cámara se obscurece, como duelo de lo que aquí está pasando”, en clara alusión al color oscuro de la piel de Baldorioty.
Sin embargo, las palabras sabias de Baldorioty sirvieron para transformar el intento de intimidación, acoso y humillación en vergüenza para el diputado Navarro, en gloria para Puerto Rico, se ganó nuestro patriota la admiración de los delegados en las cortes españolas que respaldaron su pedido, ante sus argumentos: “Los que nieguen la libertad del esclavo, los que se complacen en remachar sus cadenas, podrán tener una piel muy blanca, pero sus conciencias son más negras que la piel del etíope a quien se niegan a redimir. Porque el pigmento del cutis no señala diferencias de nobleza y moralidad entre los hombres; obscura es mi piel y yo les aseguro, señores diputados que aquí hay algo refulgente que sale con mi verbo a iluminar esas conciencias ennegrecidas.”
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“No puedo entender la conducta adoptada por la minoría republicana. Que ha asombrado al mundo con sus grandes concepciones y no ha levantado la voz para clamar contra la esclavitud. Yo dejo a la ilustración de esta asamblea que decida si una provincia española puede vivir con esta vida, con la esclavitud del hombre abajo, con la servidumbre política, arriba.
Con una tiranía en el hogar doméstico. Con otra tiranía en la plaza pública, encallecida la conciencia, perturbado el sentido íntimo, sin alegrías y llenas de perpetuos sobresaltos. … Las instituciones que se fundan en la injusticia, si no se sostienen por la violencia, perecen inevitablemente”. Y más adelante prosigue, “…Los pueblos exterminadores no son jamás menos desgraciados que los pueblos exterminados. Puerto Rico tiene hambre y sed de justicia… Porque los pueblos, como los individuos, cuando pierden el último rayo de luz de la esperanza o se degradan o se suicidan”.
Por esa defensa consigue Baldorioty que se pueda liberar a los niños en la pila bautismal, por su palabra valiente, Martí le rinde en el pueblo de Azúa en Santo Domingo, un homenaje a su muerte. Aquí un fragmento de sus palabras:
“Ni un átomo de lacayo tuvo en vida el previsor puertorriqueño, el invencible Baldorioty de Castro. A quien, en símbolo sagaz, tributaron homenaje ayer en las fiestas de Azúa, las tres Antillas. Que han de salvarse juntas, o juntas han de perecer… El criollo útil, irreductible que propagó a la vez el culto al trabajo y el culto del derecho. Además que arrancó el amo al esclavo recién nacido y lo puso por enmienda de la ley Moret en los brazos de la madre. Que rompió el látigo al amo azotador y sentó el esclavo al lado del amo. Era el que vio el látigo alzado sobre el esclavo indefenso. Sobre el esclavo del color mismo de su santo maestro Rafael, y con sus manos flacas peleó hasta que le quitó al amo el azote y sentó al esclavo al lado del amo”.
Muchas gracias por esta serie de articulos sobre Roman Baldorioty de Castro. Han sido muy utiles para mi.
Tengo una pregunta, cuando se publico el articulo en el periodico La Discusion?