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Reflejo Ilustrado: José R. Alicea

José R. Alicea

Himno de Puerto Rico

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Imagen: José R. Alicea en su taller entintando un grabado (Foto: Museo de Historia, Antropología y Arte de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras)


Por: Marcos Del Valle

El Adoquín Times

“Suave, tranquilo, seguro de sí mismo”, de esta manera Loly Chiriboga describió al maestro de la plástica en Puerto Rico, José R. Alicea en la revista Artes Visuales a principos de los 70. Hoy, a sus 91 años y con todo ese trabajo acumulado lleno de reconocimientos y exhibiciones, sigue siendo el mismo artista, el mismo hombre. Así mismo nos recibió improvisadamente en su hogar y taller en Carolina. Un entorno acogedor que refleja la vida calmada que lleva el artista junto a su familia. Al subir sus escaleras de madera al segundo piso, se encuentra lo que podría ser una instalación de arte en cualquier museo del mundo y lo que el cartelista considera su estudio de trabajo. Entre gavetas, libreros y mesas, se exhibe la más impresionante cantidad de bocetos, grabados y piezas que aún trabaja el artista ponceño. Casualmente nos ofreció una botella de agua de su nevera de hace 50 años, la cual conserva en óptimas condiciones, para sentarse a conversar. Una terraza forrada de vegetación en un ambiente fresco es el escenario en el que comenzamos nuestra entrevista a José R. Alicea quien ve como una necesidad el plasmar su pensamiento en cada uno de sus trabajos.

 

José R. Alicea
José Alicea sentado en su taller y hogar (Foto por M. Del Valle)

 

De niño jugó pelota con sus compañeros, pero no le gustaba. Siempre prefirió el arte y era aquel niño que dibujaba en las pizarras de su escuela cuando había una actividad especial, como la Navidad o el Día de las Madres. A sus 14 años, entró al ejército  para ayudar a su familia. Un programa federal en aquel entonces, vino a darle empleo a jóvenes. Él y su hermano participaron del programa para poder contribuir a su familia. José Alicea quiso una carrera universitaria, pero optó por continuar su empleo por las situaciones económicas de entonces. Cuando le faltaban dos años para completar su trabajo al que se había comprometido, abre la Academia de Miguel Pou en Ponce. El joven contaba con muchas ganas de estudiar arte, aunque fracasó en el proceso de admisión por haber estudiado comercio y tratarse de una academia de arte. Aun sin ser aceptado en la academia, Miguel Pou dejó que Alicea trabajara en su taller acreditándole el dinero al pago de sus estudios de arte. El joven Alicea pasó por una academia muy estricta que estaba enfocada en el arte, pero enseñaba filosofía, literatura y utilizaban el campo como salón de clases en ocasiones. José Alicea reflexiona y recuerda a Miguel Pou como una “bellísima persona”.

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Una vez Alicea toma la decisión de mudarse de Ponce a San Juan, comienza a trabajar en los talleres de gráfica del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) junto a Lorenzo Homar en el 1956. Comenzó a estudiar talleres nocturnos de grabado y serigrafía por sugerencia de Ricardo Alegría, quien lo impulsó a que formara parte del taller en el que participaban Lorenzo Homar, Rafael Tufiño, Carlos Raquel Rivera, Avilio Cajigas y José Manuel Figueroa. Alicea expresó que eran muchachos muy buenos y reconoció el trabajo y la popularidad del grabado, por lo que lamenta que se haya cancelado la Bienal de Grabado en Puerto Rico “porque el arte es comunicación, hay que aportar a algo. Tiene que llegar al público”, comentó a este medio el artista.

 

José R. Alicea
Uno de los instrumentos de trabajo del artista Jose Alicea (Foto por M. Rúa)

 

Son los diferentes temas que cubre la obra de José Alicea como los pájaros, la mujer, y su carpeta de grabados Baquiné las que estuvieron todas exhibiéndose en el  XI Bienal del Grabado en dos salas del Museo de Las Américas en Viejo San Juan. José Alicea en su nuevo libro José Alicea, Espejo de la Humanidad describe al grabado como “…una obra íntima. Tienes que acercarte para paladearlo, para gozarlo, el campo visual se achica y todo lo que lo rodea desaparece”.

Inspirado en el corto artículo “El velorio que oyó Palés de niño en Guayama”, los recuerdos de niño de ver un baquiné en su casa lo hicieron comenzar a crear el portafolio de El Baquiné, a medida que avanzaban sus ideas y recuerdos a velocidad azotante en la memoria del artista. Comienza sus primeros bocetos sobre el evento que trataba sobre la “celebración de la pureza e inocencia de un niño que ha fallecido. Este evento contaba con versos y canciones alrededor del pequeño cuerpo rodeado de flores. La colección de José Alicea de 1969 cuenta con 17 grabados utilizando las técnicas de medio mixto, como xilografía, “plexiglas”, cartón, madera, zincografía, aguafuerte en relieve y gofrado. El Baquiné se muestra y describe por el mismo artista en su nuevo libro, publicado por el Museo de Historia, Antropología y Arte de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras.

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Como artista experto en conceptualizar y comunicar sus ideas, José Alicea recuerda durante nuestra entrevista cómo su madre cantaba canciones de baquiné entre medio de sus cánticos a la hora de planchar en casa para cuando las planchas eran de hierro y su madre cantaba canciones de Rafael Hernández y Pedro Flores. Una de las más peculiares historias de su madre -algo impresionante para alguien quien no vivió aquel entonces- fue la historia de que los vecinos reunían dinero para pagarle la entrada a su madre a la tanda de medianoche en el cine. Ésta era la más económica y para los de escasos recursos. La madre de Alicea poseía una memoria fotográfica. Alicea y su hermano la llevaban al cine, la esperaban y a las 2:00 a.m. regresaban a casa. Al otro día a las 10:00 de la mañana llegaban los vecinos con comida para que la madre de Alicea les narrara cada detalle de la película de la noche anterior.

Con esa memoria que pudo fácilmente heredado de su madre, José Alicea sigue construyendo todas sus obras y hasta el papel que utiliza. Las texturas, los relieves y formas en el papel que utiliza son obra también del artista. Un ser de infinitas ideas e incansable afán por el arte es quien habita en esta persona que confirma la idea de que la edad es sólo un número. A sus 91 años, se proyecta igual de “suave, tranquilo y seguro de sí mismo” como ha demostrado serlo al pasar el tiempo.

El libro José R. Alicea Espejo de la Humanidad está disponible en el Museo de Historia, Antropología y Arte de la UPR, Río Piedras. Para más información del artista, visite www.josealicea.com


Nota aclaratoria: En la edición impresa de julio 2019, por error el calce de la pintura del artista José Alicea lee “La palomo…”, cuando lo correcto es “La paloma…”. Disculpen los inconvenientes que esto pudo causar. (EAT)

GALERIA DE OBRAS DE JOSE R. ALICEA

 

José R. Alicea
La paloma que soñó ser pitirre, 2010. Xilografía a color. Colección del artista.

 

 

1                                                             2                                                         3

4                                                            5                                                             6

Créditos (Fotos cortesía Museo de Historia, Antropología y Arte de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras
  1. Mujer con paloma roja, 2015, xilografía a color, Colección del artista
  2. El Gran Ciempiés, Baquiné II, 1969 – 1970, madera y plexiglas, Colección ICP
  3. Temporal, década de 1960, Ilustración para la Revista del Café, esgrafiado, Colección del artista.
  4. Mujer con Flores, Baquiné V, 1969-1970, plexiglas, Colección ICP
  5. El pájaro yo, 2003, acrílico y papel fundido, coleeción del artista
  6. Las flores de Punitaqui, 2003, acrílico y papel fundido sobre madera
Himno de Puerto Rico

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