Imágenes de Juano Hernández Cortesía: AGPR/ICP
Juano Hernández Chaves nació en San Juan el 19 de julio de 1896, fruto del matrimonio de Juan Guillermo Hernández y la brasileña Clara Chaves. Siendo muy pequeño falleció su madre, y su padre, que era marino mercante se lo llevó a Río de Janeiro con la familia de su progenitora. De acuerdo con sus biógrafos, no asistió formalmente a la escuela y se unió a la vida del circo en donde se inició en espectáculos ambulantes, recorriendo diferentes lugares.
Fue autodidacta y por medio de su afición por la lectura, pasó de ser un niño ignorante a leer y dominar tres idiomas: español, inglés y portugués. Gustaba sobre todo de leer literatura americana e inglesa y su preferido era William Shakespeare. A los 18 años se trasladó a la ciudad de Nueva York donde se desempeñó como talento radial, lo que fue su sostén económico y le dio gran prestigio antes de su debut en Hollywood.
Foto: Steve Mcqueen y Juano Hernández en escena de la película “The Reiners”. Cortesía: AGPR/ICP
Ya que su talento lo capacitaba para interpretar cualquier rol, intervino en obras musicales de teatro y viajó con ellos a París y Londres. Posteriormente se trasladó a Hollywood donde trabajó en películas de negros. Su arte le llevó en múltiples ocasiones a caracterizar los más variados personajes en el mundo del cine.
Una actuación que le mereció excelentes críticas por el diario The New York Times, fue la película Intruder, basada en un libro del escritor William Faulkner, donde Juano interpretó magistralmente a un negro acusado injustamente de asesinar a un blanco; siendo la mejor crítica la del propio autor, quien manifestó que la grandeza de la película se basó en la fuerza interpretativa del actor, ya que nadie le había interpretado tan excelentemente un personaje creado por él. No obstante, su inmenso talento y su gloria artística mantuvo siempre una personalidad humilde y sencilla.
Foto: Ensayo de la obra “Haití”. Aparece Juano Hernández junto a un grupo de estudiantes en el Teatro UPR Rio Piedras. Cortesía: AGPR/ICP
Al regresar a su Isla, le premiaron con un doctorado Honoris Causa; y le ofrecieron impartir una cátedra de dicción inglesa en la Universidad de Puerto Rico. Pero él aspiraba a llegar a la facultad de teatro y al serle negado; renunció a la cátedra y fundó su propia Academia de Artes Teatrales, pero no recibió el apoyo económico necesario para poder mantenerla y tuvo que cerrarla.
Escribió un libreto sobre la vida de Sixto Escobar. Ocasionalmente le llamaban del exterior para filmar algunas películas; pero en su patria que tanto amaba no se le dio la importancia ni el reconocimiento merecido. Falleció a la edad de 74 años, el 17 de julio de 1970. Sus nietos Juan Diego, Juan Carlos y Juan José no tuvieron la oportunidad de conocerlo, pero están muy orgullosos de su abuelo y sienten gran cariño por su memoria. Su sabiduría, su talento y su calidad humana le permitieron imponerse y sobresalir en un mundo de mínimas o escasas oportunidades para los negros. Por todos sus logros obtenidos mediante su trayectoria en la que llenó de gloria a su Isla querida, Juano merece ser recordado y tener su estrella en el Paseo de la Fama Puertorriqueño.
